Alimento del alma
es el camino febril y sereno
de labrar con gozo
y humildad, el manto misterioso
de la palabra.
Poesía,
lira y útero
donde nace el símbolo.
Lenguaje mágico
que busca, en los umbrales,
los matices del inconsciente.
Recinto de las divinidades
en el vestir de la metáfora.
Confesión de intimidades
inherentes al ser, al amar,
al orar y al pensamiento.
¡Templo y sacralidad
en el encaje de su magnificencia!
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