Se abren los ojos de la noche
a lo apacible del misterio,
al subumbir de las odiseas mortales,
al amor que ya no espera,
que rehúye de un andar entre lavandas.
Sin embargo,
perfuma con su eco
la herida solitaria.
Noche-cuna, noche-tumba,
noche de silencios dialogados.
Sinfonía en los latidos.
Noche de meigas, noche de ángeles.
Noche nupcial, inmaculada.
Noche infinitamente cómplice
de miedos, de destinos impíos.
de lágrimas consoladas por los besos.
a lo apacible del misterio,
al subumbir de las odiseas mortales,
al amor que ya no espera,
que rehúye de un andar entre lavandas.
Sin embargo,
perfuma con su eco
la herida solitaria.
Noche-cuna, noche-tumba,
noche de silencios dialogados.
Sinfonía en los latidos.
Noche de meigas, noche de ángeles.
Noche nupcial, inmaculada.
Noche infinitamente cómplice
de miedos, de destinos impíos.
de lágrimas consoladas por los besos.
Noche eterna
en la ironía del tiempo.
Noche que morirá con el alba.
Carmela Viñas
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