Cuerdas de amor y vida
como alas libres sin el verbo que las amarre,
se posan jubilosas sobre un papiro
de ondulante eternidad.
Sonidos del latido que celebran
sorprendidos, el hallazgo del numen
-aria de las musas-,
en el secreto edén de las caracolas.
Aire musical que llama a la sacra empatía,
a la luz de inmanencias fusionadas
donde en metáforas de voz,
sobre las aguas del azul y de la espuma,
se entona la apasionada figura
de un verso de amor.