Tenue trazado de los pájaros sobre un lienzo de amor
dulce y ambarino.
Libres, imponentes, enamorados.
Retienen las horas de
todas las primaveras
regadas por la luz de los lirios.
Bajo sus alas, la ternura inquebrantable
que vencerá a la
oquedad de un olvido.
Serán aire cuando la tarde perezca.
¡Un canto perenne de oboes en suspiro!
Serán iris cuando la noche irrumpa
y palidezca el verbo.
Faros del otro
en mares bravos.
Pájaros de sol.
Destello de dicha en cielos puros.
Ángeles de vuelo eterno
bordando el amor y el infinito.