martes, noviembre 17, 2015

Hemos perdido el rumbo...






Se nos dio la capacidad de amar y hemos conjugado los verbos odiar, dominar, matar.
Se nos dio un planeta de belleza indescriptible pero dominaron nuestras propias leyes frente al curso natural. Exterminio de especies, contaminación, quiebra del sistema ecológico.
Se nos dio la capacidad del habla pero impusimos los idiomas como señal de conquista.
Pluralidad de razas, etnias y culturas pero no respetamos sus identidades.
Hemos creado las dicotomías de norte- sur, arios-semitas y lo único que nos ha llevado todo este horror de aniquilarnos y separarnos como unidad es a deshumanizarnos.
Nos hemos preguntado  de modo individual sobre lo trascendente y bajo la bandera de las religiones nació la barbarie.  Acciones opuestas al mensaje divino que nos vino a hablar sobre el Amor. Lo contaminamos todo cuando vence la agresividad, la vanagloria, la oscuridad.
Hemos perdido el rumbo, no sabemos convivir con nuestros iguales.

¿ Dónde está el valor a la vida y su dignidad, el respeto por el libre existir del otro?

No quiero acostumbrarme a escuchar estadísticas de muertos, no quiero insensibilizarme ante el horror de ver a un mundo sin alma.
Y no quiero callar este estado de impotencia, de tristeza profunda por nuestra trayectoria, -esa pisada del Homo Sapiens sobre las cosas-, donde precisamente en pos del progreso, dejamos  que el corazón se hiele y el pensamiento genere sólo confusión.


Poco avanzaremos si el compromiso que tenemos, cada uno: con el entorno, la sociedad, la familia; con el amor, con la paz, con las ideas de justicia y bien, no se manifiestan en los hechos diarios. Poco avanzaremos si elegimos vivir separados como humanidad porque el  aislamiento- desinterés egoísta por comodidad- sólo traerá ceguera de alma, destrucción y más decadencia.

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