Gota de rocío al alba
que en terciopelo de tenues brillos
acaricias, perfumando
mis ansias y silencios.
Háblame del amor
que se posó en la orilla
de un suspiro,
para anclarme a un dulzor
del que no sé ni puedo huir.
Háblame del adiós
y su infortunio,
para que sepa, valiente, resignarme
a perder la belleza de su estío.
Porque,
si no tengo tu lágrima del alba
en el consuelo de un destierro en el latir,
seguiré soñando que fuimos
y que somos:
un arce y un jazmín.
2 comentarios:
Lo dicho,la belleza de una gota de rocío solo es comparable a las palabras que saben describirlo.
Que tengas una bella semana Carmela.
Un abrazo.
Gracias por tu apreciación a un poema especial para mi ser, Jerónimo!
Valoro tus pasos por mis letras y tus palabras porque te considero un gran poeta! Y eso anima mi camino en busca de la pureza del verbo.
Que germinen soles también en tu semana.
Abrazos.
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