Abro mis brazos al sol de la renovación,
de la calma con encajes de lirios.
E inicio un nuevo viaje
al centro de mis notas más secretas
donde soy color de aurora,
brisa del mar,
inmaculado aliento.
Mudo escamas,
escalo las nubes que aún no fueron soñadas.
Beso la tierra de las gratitudes.
Siembro estrellas sin nostalgias.
Un presente que me acuna
con la suavidad y la magnificencia
de la mañana,
tan receptiva a lo
inexplorado.
Avanzo con pies de viento
-gaviota con sonrisas de sal-
hasta fundirme con el aura
de tu verso,
aún sin voz para nombrarme.