Germinar de acuarelas,
en el rostro genuino de la tarde.
Destellos que me atraen,
en la piel sedosa de un misterio.
Espejos, las voces,
en afluentes de cercanía
palpable. Aire en mi aire.
Ellas mueven suavemente
las mareas secretas del alma.
Ensueño y olas ,
sinfonía, junto al latir,
de hechizadas caracolas.
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