Dedicado a mis padres
todo el horizonte
de amor en tus ojos de cielo,
Mamá,
me vuelvo con entrega
estrella agradecida
para cuidarte.
Cuando contemplo, a su vez,
toda la tierra fecunda y dadivosa
en tus ojos de savia,
Papá,
me dejo libremente acunar
por el río de tu bondad y tu mansedumbre.
Cielo y Tierra.
¡Mi hogar,
mi linaje,
mi guía atemporal!,
donde aquí los honro,
emocionada,
en el dulce brotar de mis letras
de pan.
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