martes, enero 08, 2013

Liviandad...



¡Oh, poniente que viraste
con brusquedad hacia el nido
sombrío del ocaso!


Salpicar doliente de la ola
espectral hacia los arrecifes
más sensibles.

Eco de sal y temblor.

Ahora todo es liviandad.
Como pluma errante va mi alma,
después del temporal.

Sin musas, sin canto,
sin velas izadas
donde hacerse a la mar.




6 comentarios:

Joaquín Galán dijo...

Vuelvo a leer este liviano poema y vuelvo a pensar en lo etéreo,en lo intocable...

Un abrazo,Carmela.

Carmela Viñas dijo...

Gracias nuevamente por acercarte a este poema y dejar tu huella, Jerónimo! Hermosas tus palabras.
Abrazos.

carlos alberto rocha dijo...

Es que somos tan leves, volatiles,debiles que entre mas creemos dominar los caprichosos vientos de nuestra vida, el destino juega con nosotros y sentencia nuestro futuro, magnifico, un abrazo

Carmela Viñas dijo...

Gracias por tu huella en estos versos, Carlos A. Rocha!
El viaje por la vida, que sea como una pluma, sin retener el peso de las cosas que nos impide avanzar.
Abrazos.

Pedro Cepedal dijo...

"Como pluma errante va mi alma,
después del temporal.

Sin musas, sin canto,
sin velas izadas
donde hacerse a la mar"

A mí la sensación que me recuerda es la de tener dentro ideas o sentimientos en un punto de gestación tan primerizo que aún no se sabe muy bien cómo plasmar, es decir, cuando tienes muchas ideas para escribir unos versos pero aún son tan volátiles y poco definidas que resulta imposible.

Te digo lo mismo que me pusiste en el foro, poco a poco te iré leyendo y descubriendo, pero visto -lo poco- visto, tiene muy buena pinta.

Te sigo.

Carmela Viñas dijo...

Muchas gracias Pedro por venir a este espacio! Un gran gestotu lectura y comentario del poema!
Sin duda, muchas veces quedamos en sensación de vacío poético, con tanto sentir dentro para plasmarlo en el papel. Y también esa liviandad viene de sentirnos pluma en la vida, sin retener nada.
Abrazos y nos leemos!