¿Pensó la rosa en su finitud
que el brillo que el alba dibujaba,
eran los ojos de su ángel
que la contemplaba?
No es Rosa sin aurora,
sin una mirada de cielo bendecido
para ser, junto a él, rescatada.
No es Ángel sin la rosa
donde unidos, prodigan la ternura
en el mundo, confiscada.
Rocío de besos celestiales,
-triunfantes, victoriosos-,
frente a la posesión
al deseo que quema y arde,
a las cadenas que no dejan ser.
Es la única caricia,
la más sagrada e intensa
que el mar-amar a ellos, puede ofrecerles.
Y no lloran ante el destiempo
de las eras que separaron sus orillas.
Son valientes.
Aceptan el maná de cada instante.
¡Y se abrazan con la luz de las miradas!
2 comentarios:
Palabras de luz componen este delicadísimo trabajo. Dirán que es un poema pero suena a Profecía largamente soñada y esperada. Consuelo del mar en la lastimada arena de la playa. Murmullo de ángel enamorado de esa rosa. Canción de sal y de sol. De pétalo y beso.
En todo esto me dejan meditando tus versos. Feliz y fecunda pluma la tuya, poetisa inmensa. Te dejo un brazo celestial.
Muchas gracias por tus palabras, Orchisgrifo!
La rosa y el ángel,son símbolos del amor eterno.
Celestiales abrazos, lector y poeta.
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