sábado, abril 20, 2013

A veces...









A veces el cielo rompe en llantos
y del agua pura de sus ojos
brota un lamento.

No sólo el hombre se entristece,
también  en las nubes habita la desolación.

De nuestras manos ciegas huyó la unidad.
Demasiada escisión entre lo alto y la raíz,
entre lo místico y lo meramente terrenal.
¿Sabrá el alma encontrar el camino del Todo
sintiendo la oración de las estrellas
en sus venas y  latir?

Hacen falta muchas lágrimas de las alturas
para que comprendamos nuestra finitud
y así despertar un día de esta pesadilla
de creernos los amos de la creación.

Quisiera ahora fundirme y ser nieve
de los Alpes que abrace en hermandad
el corazón aislado de un edelweiss.



sábado, abril 06, 2013

Una leyenda

Cuenta una leyenda que hubo una princesa de un reino sin nombre en la tierra pero sí en las constelaciones azules, que venció a los dragones de la tristeza inútil, ésos que fueron devorando poco a poco sus ancestros.

Había una cierta fatalidad en el destino de este linaje que ella supo ver por intuición. Nadie más la advertía excepto ella. Los veía deambular por los pasillos del castillo en continua queja por las circunstancias diarias que muchas veces, fueron generadas por ellos mismos pero no eran conscientes.

-¡Ay, nunca conoceré al amor! se lamentaba la hermana más pequeña, pero era fría con sus semejantes, altiva e inconformista. No abría su corazón a la magia de las posibilidades y los gavilanes pasaban de largo porque los sumía en una desazón con tanta negatividad. Murió sola.

-¡Ay, seré siempre pobre, siendo rey! clamaba su padre. Era tan ambicioso que las monedas de oro que poseía no le eran suficientes para comprar los demás reinos, aunque el suyo era luminoso, fértil y bendecido por la mano de Dios. Murió en la miseria.

-¡Ay, mi salud es tan débil que seguro moriré joven! decía la reina. Sin embargo gozaba de una belleza que contradecía ese mal que la aquejaba porque dormía como un ángel y podía disfrutar de los banquetes de la corte sin ninguna indigestión. Su médico particular elaboraba placebos para aliviar esa ansiedad. Enloqueció.

-¡Ay, el mundo se va a acabar!, gritaba a los cuatro vientos el adivino. Y llevaba a tal extremo su temor que los reyes y los nobles le creían y en cada noche la desesperación por una posible calamidad universal aumentaba. Un rayo lo mató.

En esta atmósfera de miedos, de pesimismo y de ceguera espiritual creció la princesa, pero fue sabia: no entró en ese juego de muerte en vida, de lamentos sin sentido.
Les habló del error de ver la vida como un drama pero no fue escuchada. La importancia de saber qué se desea , puesto que el universo lo trae triplicado.
Siendo fiel a la bendición divina de haber gozado de una vida sin penurias, tomó alguna de sus pertenencias y se marchó a otros reinos a devolver lo recibido.


Conocedora de plantas medicinales, sanó los cuerpos de lepra, sin contraer la enfermedad. La Luz la asistía. Amó sin límites, con canciones transformadoras que a las almas las convertía en girasol. Amiga de los niños, de los pájaros, de los ciervos e incluso de los lobos que la buscaban para oír la música de su corazón.


Nada temía, todo lo entregaba. No soñaba- alejada por fin toda expectación- en ser amada por alguien en particular porque ya era amada por la creación.El amor es mucho más que la proyección de dos, tan limitada. Esa es la clave de la felicidad, de la paz interior. Fluir sin esperar nada y apreciar cada hoja, cada gota de lluvia, cada sonrisa con ojos de asombro.

En el ocaso de sus años – fue longeva- desencarnó sin sufrimiento mientras dormía.
Había amado tanto que allí en lo alto, la esperaba el Amor.




Cántico embelesado de amor



Seguí la huella que la tarde
preñada de brío y amapolas,
dejaba en sutil manto
sobre el iris sabio del tiempo.

Y me subyugó ese cántico
embelesado de amor
que entonaron junto
al río, los amados.

Un sueño, tal vez un espejismo,
pero estaba mi alma cual alondra
posada en aquella patria de sus ojos
habitándolo,
amando cada estela de su voz
en mis entrañas.

¡Oh, gozo inmaculado
de verme esculpida por la luz de sus labios!

¡Oh, vida,
que en un segundo enamorado
de divino rubor
resucitas a la lágrima de la desolación!

Y al llanto de los inviernos tristes
y opacos
lo conviertes, en sueño de pasión.





sábado, marzo 23, 2013

Septiembre...

Hay un septiembre que nos pertenece.


Acordes de lila y sándalo en el laúd de esta estación nuestra siempre florecida a nuestros ojos de ónix y ámbar. Nunca morirán los sones de las dulces caricias en susurros de agua.

Inventaré un peldaño más en la atemporalidad de lo eterno, por resultarme aún breve el amarte sin siglos. Eres la morada que he buscado incansablemente para hacer del verbo, unión y permanencia.

Soñar y repetir ese renacer en el celeste de tus besos y bendecida por tu aliento que me nombra, volverme una y otra vez, para ti, cuna de estrellas y sosiego. Tu voz, ese lucero de miel que me alimenta.

Dejaré un inmaculada gardenia en las puertas del edén que nos aguarda. Símbolo de una primavera de soles que engarzó dos versos de límpido amor en esta tierra.





sábado, marzo 16, 2013

Soy tu niño interior


 Dedicada a mis hijos


Con mis manitos de pan y de arcoiris
quiero acariciar tu corazón.
Y que también cubras de ternura el mío
que de temblores padecen mis latidos
ante un mundo
con un rostro de pavor.

Con mis ojitos de calandria
y mis ganas de vivir
yo quiero
que nunca te alejes de mí,
porque las noches son oscuras
sin la nana del amor para mis sueños.

No creceré, dicen los astros
porque estaré en tu interior.
Entonces tú-mi hermano amado y mayor-
sé mi guía y mi timón
que yo seré para ti el recordatorio
de un reino de ilusión que no perdiste,
que vive y se proyecta en mi inocencia.
¡Mírame, aquí estoy!


Espejos somos de pureza:
la tuya cuando amas sin rencor,
cuando crees que el beso es poesía y es canción.
La mía inalterada, sin disfraces,
en mi niñez de nube y sol.

Búscame en el agua saltarina
y yo vendré cual delfín
a llevarte de la mano hacia el Amor.


 


domingo, marzo 03, 2013

Añoranzas



Traedme, vientos del sur,
las canciones de los manzanos en flor
para no olvidar que he nacido
de una raíz de tango y de sol.

Acercadme, guitarras de la noche,
el candil poblado de estrellas
que el nido amoroso en la despedida me entregó,

para no extraviar nunca mis pasos
y sepa volver al ceibo, flor de patria y amor.

Que la añoranza en estos arrecifes
de solitarias gaviotas me acecha
y a tu bendita plata, como gesto de gratitud,
quiero ofrendar por siempre el trigo de mi voz.







viernes, marzo 01, 2013

Bocanadas de vida





Poco a poco la brisa de la calma
me invade.
Vuelvo al útero del universo
y mi nombre es agua,
es trigo, es nieve
integrado a los bellos sones
de los ángeles.

Levitar en meditación
y que el alma hable
sin interferencias de ideas ni pesares.
Porque la materia es desconcierto,
y la mente, un ave apresada en
un laberinto de aferrados recuerdos.
Porque el corazón, en ocasiones,
pareciera que de lágrimas antiguas
late, solamente.

 Ser en el todo
-manjares de vida alimentando los silencios-.

Serenidad de la espuma
peinando de blancura las orillas
que se retira, cobra fuerza y vuelve a amar
de nuevo, sin teñir de quebrantos
los plácidos paisajes marinos.

Tuyos y míos,
por siempre
protegidos
del olvido y de las eras. 



domingo, febrero 24, 2013

Homenaje a Bee Gees

Quisiera homenajear a un grupo musical especial: Bee Gees. Y en especial a Robin Gibb.
¡Gracias por tantos recuerdos! No hay palabras para tanta magia que siempre han transmitido en todas las canciones.
¡Canta libre ahora en el cielo, Robin!





Cambia, todo cambia ( en la voz de Mercedes Sosa)


(...)
"Pero no cambia mi amor
por más lejos que me encuentre
ni el recuerdo ni el dolor
de mi tierra y de mi gente.

Y lo que cambió ayer
tendrá que cambiar mañana
así como cambio yo
en esta tierra lejana"
(...)

Letra de Julio Numhauser
Canción: Todo cambia





Deshojado jazmín



Con encajes de sol desvanecido
se van trazando mis versos
en  lamento de luces mudas
sobre la piel del mar.

 Ahora que mi voz extravió
el paraíso dónde germinar
mis flores blancas
-tú eras mi lar-.
Ahora que es gélida la noche
porque los astros apagaron su latir,
deambulando a oscuras mis venas
por las cornisas del devenir.

Ahora que la brújula de la ilusión
que me llevaba hasta tus ojos
debió enterrarse en la arena
de los imposibles,
ahora que te amo más que antes
-si cabe-
no encuentro el verbo que te regrese
a mí.

Sólo suena incesante una melodía
de tonos mustios, abatidas las alas,
en mi deshojado jazmín.




sábado, febrero 23, 2013

Elegir






Elegir,

olvidando lo que fuimos,

tuvimos o perdimos.

Recomenzar desde la nada,

desde un latido de vida

primigenio, virginal.

Sin redes,

sin seguridades- son aparentes-

sin recuerdos, sin sueños,

sin presencias.

Solos frente al desafío de un nuevo

itinerario que nos indique

qué debemos cambiar

para que la lágrima por siglos

suspendida en el callado mar de los secretos

se esfume

y nos devuelva la paz.



Elegir con valentía

para hacer realidad nuestra misión

en esta vida.

Si es amar sin el eco de las correspondencias, que así sea.

Si es navegar enfrentando las tormentas

de una soledad sin brisas de caricias, que así sea.

Si es volar como una cometa que dejó el nido

para madurar, proseguir el vuelo

sin apegos.


Porque elegir ser,

más allá de toda comodidad,

más allá de todo lo añorado,

de lo amado- con júbilo o espinas-

nos hace libres, desde la coherencia.

Un génesis que revitaliza,
desde un sentir que la palabra ahora
carece de brillos y sonidos.

Como la misma nada,
como la misma amnesia
que ha borrado todo el pasado
y es paloma sin alas y sin  cielo.