lunes, diciembre 08, 2014

Fortaleza de la rosa








Tembló mi alma

ante la luz efervescente de tus ojos.


Era el destino,

la prueba de mi fortaleza

y el llanto de la rosa.



Un Amanecer ambarino entre las ramas.

Una ráfaga lastimera de esperanzas.



¿Cómo huir, entonces,del embrujo de tu luz

que iba aclarando los contornos

sombríos de mi senda solitaria?


¿Cómo invocar al olvido

entre el alba de lo inesperado y el ocaso,

si en el suave violín de tus palabras

nacieron, inocentes,

mis sonrisas y gardenias?



Tembló mi alma

ante la efervescencia de tus ojos.

Y no pude más que despedirlos

-es la dignidad de la rosa-

por ser viajeros que hacen nido

en otras aguas.








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