En vísperas de la Navidad tuve un sueño.
Mis ansias por ver al Niño en el Pesebre vivo hicieron que
siguiera durante una profunda travesía a
la estrella de arcos plateados.
Me hablaron los silencios de la noche blanca, acompañando mis
pasos al edén de tu dulzura,Jesús. Ante Ti, emocionada, nacieron estos breves
salmos.
¡Oh amor de Bondad inalterada, de brillo espiritual cual mil
estrellas!
¿Qué puedo ofrecerte desde mi diminuta esencia más que mi
voluntad de seguirte aprendiendo del amor que ya en tu cuna se refleja?
Y soy aprendiz con
carencias porque sentiré pavor ante las
pruebas pero tu Nombre, tu Santo Nombre será perseverancia en las bravías
mareas y baluarte en todas mis tristezas.
¡Cuánto gana el alma al besar tus pies de ángel! ¡Qué
sentido más excelso tiene la vida al peregrinar a tu vera!
Que mis letras callen para que hable tu grandeza.
¡Oh, Niño Jesús, riega con tus ojos de candor a este mundo
perdido en las tormentas!
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