Homo viator por caminos y ciudades amuralladas.
Doble itinerario: el de mis pies con ojos históricos,
y el de mi espíritu para asir el vuelo medieval.
Peregrina en las romerías que besan
Mantos de Virgen y cánticos de sol.
Rosales rendidos al embrujo de amor
susurrante, en las voces y el arte de los trovadores
y minnesänger.
Ángeles que acompañan el ritmo
del rabel, el salterio y el laúd.
Amanecen alas de gardenias
en los claustros de los monjes.
Inscrita en una piedra escolástica
la Revelación Divina , hermanada
al Magister dixit.
Contemplación.
Ora et labora benedictina.
Amor cortés.
Homo viator,
- fascinada y permeable al misterio
del Santo Grial-,
internada en los bosques, pergaminos
y vitrales de la Edad Medieval.
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