En el acto febril y lúcido
de gestar a la Palabra,
el alma queda exhausta
y vulnerable a los embates
poderosos del recuerdo.
¡Y del ahora!
De un aquí primaveral de sueños
fantasmales,
de estallidos repentinos
en la euforia, siempre efímera.
Ríos y caudales
de emociones rojas, lilas, blancas
van fluyendo,
mientras se bañan perfumadas
por la débil pluma,
las hijas de Zeus y Mnemósine.
¡Despiértame, nodriza Eufeme,
del letargo para esgrimir
un sentimiento!
Que quiero de la rosa, sus espinas,
para llorar mi soledad a los vientos.
http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=lrj_90X2TKw#!
No hay comentarios:
Publicar un comentario