Nudos sabios de los árboles
donde el mito celta fue escondido.
¡Llevadme, hojas de meta, al hechizo del sosiego!
Quiero levitar entre las ramas
de un cielo renacido de zafiros;
aletear como trébol mágico
en el ojo del reino onírico.
Posarme en el espejo
de una gota de lluvia,
escuchando su latido.
Y creer que un hada de luz
contiene en sus manos,
por un segundo al mundo.
Y despertar amando
lo Uno hasta reconciliarme:
contigo y el pasado,
contigo y el presente,
contigo y todos mis equívocos.
Aletear en ese semblante de ayeres de hojas que remueven las ramas del arbol de esa necesidadl. un olor el violaceo para las sensaciones mas desprendidas de un encaje unicol. te felicito. luayabsenta
ResponderEliminarUn viaje al mágico mundo celta y a su abrazo con la naturaleza para purificar el alma propia.
ResponderEliminarEl secreto de la vida se quedó entre las ramas de los robles que adoraba este pueblo mítico.
Abrazos.
Gracias por tus letras, Luzyabsenta!Lo onírico nos da muchas veces ese sosiego que la realidad esconde.
ResponderEliminar¡Que pases una hermosa Navidad!
Un beso.
Gracias por tus palabras, Jerónimo!
ResponderEliminarFue tan mágico el mundo celta que aún seguimos descifrando los secretos de sus bosques. Menos mal que nos queda esa esperanza.
¡Que pases una hermosa Navidad!
Un beso.