sábado, octubre 26, 2013

La magnitud del adiós


"Eres responsable de tu rosa, le dijo el zorro al Principito”.

Saint- Exupéry
El Principito


París.
Entiendo que a Annette le gustara aquel sitio. La vista era imponente.
El frío cortaba algunas veces la respiración pero valía la pena ver la ciudad de la luz desde allí arriba.
-¿ Qué piensas ahora, Pierre? Te arrepientes de haber subido?
-En absoluto. Esto es indescriptible, pero hace bastante frío ya. ¿Volvemos?
-Aún no, pero si tú quieres, baja. ¡Me siento tan a gusto en este espacio intermedio!
-Annette, no te dejaré sola. Menos aún con todo lo que estás viviendo.
- Esta sensación de felicidad temporal no calma mi angustia, pero al menos me engaño pensando que sí. Si al menos dejara de pensar en él, pero no puedo.
-Sé lo doloroso que fue su adiós para tu corazón. Debes comenzar a olvidarlo.
-Pierre, ¿por qué nadie ha escrito sobre la responsabilidad en el adiós?. No sé, ¡es que es tan relevante!
Cuando amamos, pasamos a formar parte del tejido ontológico del otro, se produce la simbiosis. El intercambio es tan vital y profundo que hasta las frecuencias de los latidos son las mismas. Voz, ojos, texturas, aromas, formas se tornan de una belleza casi sublime cuando se ama y se es amado. El vínculo es azul.
Mantener vivo el amor es responsabilidad de dos. Y cuando el adiós irrumpe, sea por la razón que sea, no cesa la responsabilidad de Estar hasta que el otro vuelva a ser el mismo en seguridad y en entereza. El abandono en esta etapa final, es causa de locura en muchos casos.
-De modo que dices que no sólo cuenta el amar bien sino el saber despedir bien, dado el caso.
-Exacto, mon ami. Una despedida sin compasión, es karma para quien la efectúa. Porque se dará que un día, ese ser sea despedido sin consideración alguna.
Pienso en Olivier…no sabe lo que ha hecho. Me ha destrozado pero no lo sabe bien.
En pocos meses, encontrar a otra mujer sin medir cuánto me afecta, sin el luto del respeto, es ser despiadado. Hemos sido felices 5 años. Nuestras energías se entremezclaban de un modo mágico. ¡No sé a dónde poner tantos versos de rocío, inundando de fragancias todo el lecho!
Nuestra sexualidad fluía natural y tan bella, que me será muy difícil estar en brazos de otro hombre sin ver el rostro de Olivier, apareciéndose. Lo amé en los pensamientos, con cordura y en los sentidos, con locura. ¡Me quedé vacía, Pierre, vacía! Sólo este lugar aplaca mi pena. Pero vete, que hace frío. Seguro que las estrellas de esta noche huérfana de luna quieren decirme algo…
-Como quieras, Annette. Sabes que soy tu amigo y te quiero. No me es indiferente tu dolor. ¿Mañana me llamarás?
-Puede ser.
-Hasta mañana, entonces.
-Hasta..mañana.

Annette respiró hondamente y se acercó poco a poco al límite entre la estructura metálica y el aire. Puso sus manos cruzadas en el pecho, como señal de cuidar el cofre de sus sentimientos y abrazó el vacío.
No hubo un momento en su vida más feliz que ése, desde que comenzara a descubrir en qué consiste el amor humano.




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