Traedme, vientos del sur,
las canciones de los manzanos en flor
para no olvidar que he nacido
de una raíz de tango y de sol.
Acercadme, guitarras de la noche,
el candil poblado de estrellas
que el nido amoroso en la despedida me entregó,
para no extraviar nunca mis pasos
y sepa volver al ceibo, flor de patria y amor.
Que la añoranza en estos arrecifes
de solitarias gaviotas me acecha
y a tu bendita plata, como gesto de gratitud,
quiero ofrendar por siempre el trigo de mi voz.
Voz añadida entre el suspiro de la necesidad del recuerdo. Un grito visceral para que en el aliento sientan esos misterios de un hoy de tiempos desgajados.
ResponderEliminarMARAVILLOSO TRABAJO.
Saludos de Carlos
http://www.youtube.com/watch?v=56hnfL9zFdA
Gracias Carlos por tu bello comentario al poema y por la música! Es extraordinaria esa pieza de Gorecki!
ResponderEliminarTraer a la memoria los recuerdos para volverlos eternos y que nos habiten por siempre.
Besos.