viernes, octubre 19, 2012

A orillas del río Neckar






Fue en el camino hacia los filósofos,

a orillas de nuestro amado Neckar,

donde el pensar de a dos

se tornó admiración al nous,

a la verdad,

al logos.

 

Ojos de glicina y roble,

ojos mutuos de fascinación.

Cánticos sellando el embrujo

donde nos reconocimos

amantes, guardianes del amor.

 

Tu  cálida voz,

hizo crecer mis alas

allí, en las alturas.

 

Aquí, en la memoria

amatoria,

es sempiterna sinfonía.

 

Heidelberg

y los versos de Goethe:

“Herz ,mein Herz was soll das geben”

bordados por siglos

en mi corazón.

 
Traducción: " Corazón, mi corazón ¿ qué debo darte?"
 
 
 
 
 
 

 

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