Tenue trazado de los pájaros sobre un lienzo de amor
dulce y ambarino.
Libres, imponentes, enamorados.
Retienen las horas de
todas las primaveras
regadas por la luz de los lirios.
Bajo sus alas, la ternura inquebrantable
que vencerá a la
oquedad de un olvido.
Serán aire cuando la tarde perezca.
¡Un canto perenne de oboes en suspiro!
Serán iris cuando la noche irrumpa
y palidezca el verbo.
Faros del otro
en mares bravos.
Pájaros de sol.
Destello de dicha en cielos puros.
Ángeles de vuelo eterno
bordando el amor y el infinito.
"Ángeles de vuelo eterno
ResponderEliminarbordando el amor y el infinito."
Querida Carmela,no has podido escoger mejor tema musical para tu poema,Morricone es un genio.
Amamos a los pájaros porque saben volar y nosotros no.Aunque algunos los odian por eso.
Tu poema es un bello canto a estos seres fantásticos que nos hacen mirar al cielo en los atardeceres de nuestros vulgares días pegados a la tierra.Ellos nos inspiran versos y deseos de alcanzar lo imposible.
Me ha encantado volver a leerte,amiga.
Que tengas una bella semana.
Abrazos.
Gracias infinitas, amigo y poeta Joaquín!
ResponderEliminarSiempre es un regalo recibir tus palabras tan acordes con el tema del poema.
Podemos ser pájaros si el ser humano alzara su alma al infinito...tener alas es lo de menos, lo que cuenta es el vuelo interno!
Morricone es una maravilla y emociona siempre escucharlo!
Abrazos y feliz semana también para ti.