Mi morada
Ya no me invoca
a deambular a ciegas
la bruma de la nada,
porque tengo el sendero de tu estío.
Extraviarse ya no es sórdido destino
cuando en tu ser fundo
jubilosa, mi morada.
Y aún desoída la plegaria del encuentro
-soledad de los ángeles
en la tierra de los desafíos-,
sólo en tu nombre
-sacro nombre-
sobrevivo.
Precioso!
ResponderEliminarCariños Carmen.
ResponderEliminarBúsqueda de crepúsculos y contemplaciones
¡Quizás!
Un deseo, una oración en el desatino. Mágico
poema para sobrevivir. luzyabsenta
Te mando un ejercicio musical.
http://www.youtube.com/watch?v=Az3SHeMHC6c
Gracias por pasar, Adriana!
ResponderEliminarCariños.
Gracias Luzyabsenta por tu lectura y palabras!
ResponderEliminarMe gusta tu definición del poema:..."mágico para sobrevivir".
He disfrutado del tema musical.
Abrazos.