Con encajes de sol desvanecido
se van trazando mis versos
en lamento de luces
mudas
sobre la piel del
mar.
Ahora que mi voz extravió
el paraíso dónde germinar
mis flores blancas
-tú eras mi lar-.
Ahora que es gélida la noche
porque los astros apagaron su latir,
deambulando a oscuras mis venas
por las cornisas del devenir.
Ahora que la brújula de la ilusión
que me llevaba hasta tus ojos
debió enterrarse en la arena
de los imposibles,
ahora que te amo más que antes
-si cabe-
no encuentro el verbo que te regrese
a mí.
Sólo suena incesante una melodía
de tonos mustios, abatidas las alas,
en mi deshojado jazmín.
No siempre se encuentran las palabras adecuadas o las melodías precisas para atraer al amor.
ResponderEliminarPrecioso poema Carmela,con aroma a jazmín.
Un abrazo.
Gracias por tan acertado comentario a estos versos perdidos, amigo Jerónimo!
ResponderEliminarPasará la nostalgia..o tal vez, nunca.
Abrazos.