Invitación de los astros al peregrinar del alma por los bosques lumínicos de las verdades ulteriores, disolviendo junto a ellas las propias sombras. Fascinante viaje que tiene un retorno: volver con más transparencia a la matriz de la divina estrella.
Escalar, caer y retomar el sendero, avanzando en la medida en que aprendemos de la vida, sus secretos y lecciones. Leer en el violín del viento los signos de nuestro ahora, interpretando los celestes mensajes cuya voz y caricia, son perceptibles sólo en las auroras.
Estar despiertos para dilucidar sin premura, nuestro propio mapa de viajeros.
Llorar lo que pudimos haber sido y por miedo, no fuimos. No llorar aquello imposible por ajeno a nuestro destino. O llorarlo en parte a solas, en el claustro de nuestros versos, lienzos, pentagramas.
Sonreír, aún cuando la tarde de lo incomprensible sea una paradoja. Porque el humor tiene matices divinos.
Y amar como el mar ama la orilla, como el ser cuando desnudo en gloria y vanidades- siendo íntegro en su esencia- ama por entero a su igual: otro peregrino.
Es difícil vivir amiga querida, es difícil dejar atrás las cosas que nos hicieron como hoy somos. Sé que se puede cambiar, mejorar, sé que nacemos con la necesidad de amar y de ser amados y sé muy bien que caemos y nos levantamos y vamos aprendiendo, pero duele Carmela. Yo aprendí muchas cosas en mi vida, una de ellas es que no seré un ser de luz, pero si que sé perdonar y pedir perdón y sé renunciar y volver a empezar. Y sobre todas las cosas sé querer bien, con el corazón y me siento bien aunque esté triste a veces porque nunca haría mal concientemente. Siempre me hace bien leerte amiga preciosa, mi alma se queda como contenta, te quiero.
ResponderEliminarMi querida Carmela!!
ResponderEliminarTu pluma es verdaderamente bella, releo y releo cada palabra, cada frase, y nunca me sacio de ello, pues escribes lindo, muy lindo amiga mía!!
Mil besos!!!
La vida es un camino de aprendizajes y los hay fáciles y otros son verdaderas pruebas de fortaleza, mi querida Lyliam. En esto nos encontramos todos, sin excepción.
ResponderEliminarPienso que la lección de vida si no se aprende, se vuelve a repetir hasta el cansancio y cuando uno ha hecho el cambio, tal ola desaparece.
Lo hermoso del caminar por la vida son los amigos, con quienes nos apoyamos y darmos el hombro también.
Yo estoy feliz de haberte conocido!!
Besos.
Gracias por tus amables palabras César! Me animas a continuar.
ResponderEliminarEres muy generoso con tus comentarios.
Y gracias por tu transparente amistad.
Besos.