jueves, septiembre 01, 2011

La puerta abierta...





Con la puerta abierta no retengo. Dejo que pases, te acomodes el tiempo que quieras. Quizás dure un maravilloso día, un siglo o un divino segundo tu paso por mi vida, pero habrá bastado para saberte en mis auroras y para haber aprendido el valor de los instantes, en esa huella imborrable que dejaste en mi ser al habitarme.

Con la puerta abierta, mis manos también se abren. Para dejar crecer, dejar caminar, para amar y soltar a los seres- a ti, a mi gente, a mi tierra y al universo en los ojos de mi gato que ya no está-desde el sagrado vuelo que cada uno quiera trazar sobre sus propios horizontes.

Con la puerta abierta entra el aire. La renovación de las cosas, de las visiones tras el ciclo de las edades.  Es el oxígeno que preciso para emprender nuevas travesías de mares existenciales.

Con la puerta abierta, soy libre en mis elecciones del sentir. Sin llaves ni cerrojos donde la melancolía, insistente, pueda con su magnetismo, hechizarme. Sin llaves ni cerrojos para no tentarme de encerrar al dorado pasado y quedarme a oscuras con tantos espejismos. Sin llaves ni cerrojos para llorar, porque quiero que la noche me escuche, cuando sangro dolor o soledad. Y sólo me escuchará,- ese guiño de las estrellas lo necesito- si la puerta  la dejo abierta…




2 comentarios:

  1. genial!!!
    con la puerta abierta...me encanto!!
    gracias...una puerta abierta a la posibilidad de dar, generar y disfrutar!

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  2. Me encanta que te haya gustado, Silvia!
    Así es, la puerta abierta al amar sn encadenar. Besos.

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