viernes, julio 29, 2016

El azar





Una ráfaga de sabia coincidencia los acercó en medio de la lluvia. Ambos llevaban la prisa del mundo en sus pies pero los detuvo el choque de dos paraguas.
―Oh, lo siento- dijo ella. ¡Siempre ando despistada!
―Ha sido un descuido mutuo- contestó él con una sonrisa.
De repente, la ráfaga se volvió viento indomable y las manos de ella soltaron sin querer el elegante paraguas.
―¡No! Era mi paraguas favorito― expresó con mucha pena. ¡Mira cómo el viento lo destruye!
―Compartamos el mío―respondió él muy seguro.
―Bueno, gracias. Es hasta cruzar la calle…Luego me compraré otro.
―Ya puedes comprarte cientos que se perderán cuando el viento venza el pulso entre tus manos y él. ¿Por qué te afliges tanto?
―¡Porque es la primera vez que me sucede!
 ―Para mí también es la primera vez.
―No te comprendo.
―La primera vez  que encuentro a alguien que le teme tanto a la lluvia…
―No es por la lluvia sino por la situación.
―Sucede que también construimos paraguas imaginarios aunque no llueva. Es nuestra protección contra todo lo extraño que nos pasa. Pero lo extraño en apariencia es lo verdaderamente mágico de la vida. Tú y yo, dos desconocidos. Sin nombres y sin embargo, podemos elegir todos los nombres de los árboles. Te llamaré Arce.
―Eres un tanto peculiar. Poeta o algo así. ¿De dónde has salido?
―Del mundo que tú misma has soñado.
―Te confesaré algo: hace días tuve un sueño con un poema de John Keats y es probable que tú seas  el ruiseñor.
―¿Lo ves? Nada es por azar.
―Tienes razón. El sonido de tus palabras es un canto perenne.
―Arce y ruiseñor. Hermoso poema para un comienzo.

―Y la lluvia que ha hecho a nuestros ojos, también hablar.


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4 comentarios:

Joaquín Galán dijo...

¿Quién no ha soñado alguna vez con un encuentro bajo la lluvia?.Este tuyo es además pura magia.
Un placer como siempre visitar tu blog,Carmela.

Abrazos.

Carmela Viñas dijo...

Muchas gracias, Joaquín!
Sí, opino como tú que los encuentros bajo la lluvia forman parte del romanticismo del alma.
Abrazos.

Recomenzar dijo...


los duendes del amor te acompañan en tus textos

Carmela Viñas dijo...

Gracias por tu comentario, Recomenzar! Saludos