domingo, febrero 03, 2013

Hibernar



Asciendo con pasos decididos a la colina de los renacimientos más sutiles. Acepto este desafío de volverme nada. Caerán los velos que a un espejismo me atan.

Hibernar y que me arropen los ojos del universo. Despojarme de los encajes del pasado, ilusorios atuendos donde relucen las quimeras. Detener los relojes nostálgicos que lloran, incansables, las horas de los besos muertos.

Dormir sin soñar, que el corazón se cansa de esperas vanas.

Ser una fina hebra que el silencio teje en el nido del tiempo nuevo.
Ser hoja, gota de lluvia, nieve. Mis súplicas en este estadio de lucidez tras los equívocos, lejos del país donde mora el imperfecto barro.

Anonimato del ser sin historia ni latidos con memoria.

Respirar en mis venas, sólo las rosas del amor incondicional. Perdón del alma a mi finitud. Y quedarme dormida en esta noche larga de olvido de mí misma para florecer, con el canto del ruiseñor que dulcemente me salva.




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