viernes, febrero 17, 2012

Mi morada




Ya no me invoca
a deambular a ciegas
la bruma de la nada,
porque tengo el sendero de tu estío.

Extraviarse ya no es sórdido destino
cuando en tu ser fundo
jubilosa, mi morada.

Y aún desoída la plegaria del encuentro
-soledad de los ángeles
en la tierra de los desafíos-,
sólo en tu nombre
-sacro nombre-,
 sobrevivo.


lunes, febrero 06, 2012

El baile de las rosas


Antes que el amanecer de la materia
se haga maduro ocaso
- pero siempre enamorado-,
concédeme el baile de las rosas.

Rendido pétalo por la cercanía
 de tus manos y tus pasos,
en el embrujo donde quedan obnubilados,
mi pulso y mis pupilas.

La fragancia de tus nubes
en el horizonte de los labios.

Baile del corazón en el jardín de las sublimes esencias.

Dimensión de dos.
Secretos en susurros
que se revelan.

Llamada a vivir el cenit de los sentidos
y a disipar las lágrimas de amor,
por todas las esperas.