miércoles, noviembre 21, 2012

El silencio


Devoro con tersura
la exquisitez de su paz
en mi alma y mis sentidos.

Descifro, complacida,

el enigma en el silbido, aposentado.

Una brizna de lucidez

lista para asirme,
invade dulcemente mi extasiar.

Silencio para escuchar al silencio.

Silencio que remueve
heridas perpetuas.
Las cerrará el beso.
¡Etéreos labios suyos
me embriagan!

Silencio que en la prisión

de esta crisálida sutil,
me insta con amor
a liberar todas las amarras.


2 comentarios:

Joaquín Galán dijo...

El silencio como liberación,como relax necesario y perseguido para encontrarnos con nosotros mismos.

Bonita voz.

Un abrazo.

Carmela Viñas dijo...

Gracias por tus palabras, Jerónimo!
Tú lo has dicho: el silencio es liberación y descubrimiento del ser.
Imprescindible para el abrazo completo del alma.

Es difícil recitar, porque los tiempos hay que manejarlos muy bien, pero al menos se ha intentado llevar el mensaje del poema. Gracias!
Un abrazo.