lunes, junio 27, 2011

Lontananza






Fértil brisa
en mis recuerdos,
que juega con tus hojas y te peina.
En tu albergue,
roble mío,
tú me escuchas.

Dime, ¿a dónde fueron los cálidos abrazos,
los gozos del ceibo en mis pupilas?
¿Hacia dónde marchó el alma en su naufragio,
joven ella, con el mate entre las manos?
Si parece que esta isla me sepulta,
sin sonido de guitarras,
sin caballos,
sin el oro del trigal en mi sonrisa.

Historia de los otros. Nunca mía.
No encuentro mi sitio entre los dragos,
ni este mar que es más austral
que el que dejé, ya me cautiva.
No me aferro a la hermosa madreselva
porque ilusa, quiero trepar hacia mi pampa.

Triste destino el desarraigo,
melancólica añoranza que lastima.
Tango eterno, vagante en mis penumbras.






2 comentarios:

Anónimo dijo...

Se me puso la piel de gallina madrina!!! BV

Carmela Viñas dijo...

Graciasss BV por escribir en mi blog tus opiniones y sentires!
Me encanta tenerte también aquí!
La distancia trae desgarro, sí, y a la vez, afianza los lazos porque se canta siempre a los corazones, a la tierra, al sol de la niñez con el alma bien diáfana.
Besotes.